domingo, diciembre 13, 2009

Elegido por aclamación

    

Sí, fue un malentendido.     

Gritaron: ¡a las urnas!   

y él entendió: ¡a las armas! -dijo luego.   

Era pundonoroso y mató mucho.   

Con pistolas, con rifles, con decretos.   

       

Cuando envainó la espada dijo, dice:   

La democracia es lo perfecto.   

El público aplaudió. Sólo callaron,   

impasibles, los muertos.   

       

El deseo popular será cumplido.   

A partir de esta hora soy -silencio-   

el Jefe, si queréis. Los disconformes   

que levanten el dedo.   

       

Inmóvil mayoría de cadáveres   

le dio el mando total del cementerio.

                                             Ángel González.